Hace unos años Estados Unidos parecía una opción viable y encantadora para emigrantes latinos que querían mejorar sus condiciones económicas, tener acceso a un mejor trabajo y llevarse a su familia, el llamado “sueño americano”, sin embargo, hoy, ese “sueño romántico” ya no es sostenible y mucho menos viable. La reciente victoria de Trump ha encendido una realidad dura: las políticas migratorias son más estrictas que nunca, y el riesgo de cruzar fronteras como la del Darién y llegar hasta el Paso, se ha convertido en una trampa mortal para miles. A pesar de todo, cada vez más familias sacrifican todo por una promesa que ya no existe.